Como los primeros discípulos y discípulas, vamos a seguir también nosotros a Jesús por los caminos de Galilea. Siguiéndolo de cerca iremos descubriendo cómo es Jesús, cómo se acerca a las gentes y cómo hace más humana su vida introduciendo, salud, perdón, amistad y esperanza. En su actuación sanadora y liberadora iremos descubriendo el proyecto salvador de Dios: lo que Jesús llamaba ‘reino de Dios’.
Poco a poco iremos conociendo algunos rasgos inconfundibles de Jesús. Lo veremos como curador de la vida, amigo de pecadores, defensor de los pobres y amigo de la mujer. No son solo los rasgos de un gran profeta. En esos rasgos se nos va revelando el rostro y el corazón de un Dios humano, fuente de vida y de perdón.
Por último, no hemos de olvidar que somos discípulos y seguidores de ese Jesús. De él hemos de aprender a vivir, a él queremos seguir. Él nos llama a actualizar su presencia y su acción salvadora en el mundo de hoy. Él nos invita a la conversión de nuestros grupos y comunidades cristianas, caminando hacia una Iglesia más fiel a su Espiritu.
Curador de la vida
Los tres primeros temas nos van a ayudar a descubrir a Jesús como curador de la vida. Él puede liberarnos de lo que nos impide vivir de manera sana y creativa en la sociedad y en la Iglesia de hoy.
El hombre curado en sábado: comenzamos viendo como Jesús cura a un desconocido interrumpiendo la liturgia de la sinagoga un día de sábado. Jesús nos quiere hacer ver que, para Dios, lo primero no es la religión, si no la vida.
El paralítico curado del pecado: Jesús cura la vida desde su raíz. Por eso ofrece el perdón de Dios a un paralítico, liberándolo de su pecado y despertando en el la fuerza que necesita para enfrentarse a la vida.
El leproso curado de la exclusión: Jesús cura la vida haciendo posible una convivencia sana. El Dios de Jesús no excluye a nadie de su amor. Hemos de eliminar de la vida toda discriminación.
Amigo de pecadores
A Jesús le llamaron ‘amigo de pecadores’ y nunca lo desmintió, pues era la verdad. Los acogía a su mesa, los defendía y les ofrecía la salvación de Dios.
Amigo de pecadores: su costumbre de comer con pecadores y gentes indeseables es el gesto más expresivo y también más escandaloso de Jesús.
Quiere dejar claro que Dios no excluye a nadie de su amor
La prostituta acogida por Jesús: Un incidente provocado por una prostituta nos ayuda a descubrir como defiende Jesús a los pecadores de quienes los condenan sin respetar su dignidad.
El rico buscado por Jesús: Jesús busca al rico Zaqueo y se hace acoger en su casa, mientras todos se escandalizaban de su gesto. Quiere dejar claro que él ‘viene a buscar y a salvar a lo que esta perdido’
Defensor de los últimos
Para Jesús ‘los últimos han de ser los primeros’ en nuestra atención, pues son los predilectos de Dios. Ellos han de ocupar el centro de nuestras comunidades cristianas.
Dichosos los pobres: Ellos son los predilectos de Dios. Jesús los lleva muy dentro de su corazón de profeta. Ellos interpelan nuestras vidas satisfechas en los países ricos del bienestar.
El rico indiferente y el mendigo hambriento: La parábola de Jesús pone al descubierto el abismo de egoísmo e insolidaridad que nos separa a los ricos y poderosos de los pobres hambrientos.
Amigo de la mujer
Los dos temas siguientes nos van a ayudar a captar mejor la actuación de Jesús como liberador de la mujer. En su proyecto del reino de Dios no cabe la dominación de la mujer por parte del varón.
La mirada a la mujer encorvada: En medio de una sociedad el varón, Jesús mira a la mujer ‘encorvada’, la libera de sus ataduras, la pone en pie y le devuelve su verdadera dignidad. Esta escena nos ayudará a descubrir a Jesús como amigo y liberador de la mujer.
La defensa de la mujer adúltera: La actuación de Jesús ante una adultera a punto de ser lapidada nos revela su voluntad radical de liberar a la mujer de su sometimiento injusto al varón.