Comenzamos la tercera etapa. Lo primero que vamos a escuchar de labios de Jesús por los caminos de Galilea es su Buena Noticia de Dios. La necesitamos todos. La necesita el mundo. La necesita la Iglesia. Entre tantas noticias malas vamos a escuchar la noticia de un Dios bueno, cercano, amigo del ser humano y salvador de nuestras vidas.
En los próximos encuentros escucharemos las cuatro parábolas más conmovedoras de Jesús. Las que más trabajó en lo hondo de su corazón. Seguramente las que más repitió y más impacto provocaron en sus seguidores.
El Padre bueno. Es
la parábola más entrañable de Jesús.
Dios es un Padre bueno que ofrece siempre su acogida y su perdón a
todos. Esta parábola puede transformar
de raíz nuestra relación con Dios y nuestra convivencia con los demás.
Dios busca a los perdidos.
La mayor alegría de Dios consiste en buscar y encontrar a quienes viven “perdidos”,
Dios nos está buscando. Cuando nosotros rechazamos
a alguien por indeseable y perdido, Dios lo está buscando con amor.
Dios es bueno con todos. La bondad insondable de Dios está
por encima de nuestros esquemas y cálculos.
No hemos de poner límites a su bondad. Hemos de dejar a Dios ser bueno
con todos.
Dios escucha a los que se confían a su misericordia. Dios es compasión infinita. Ante él hemos de
aprender a vivir, no presentando nuestros méritos, sino invocando su misericordia. Esta es siempre la oración que nos justifica:
“Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”.