Estos primeros encuentros tienen como objetivo facilitar la formación del grupo que vamos a iniciar juntos este proceso de conversión a Jesucristo. Es necesario que todos escuchemos con fe la llamada de Jesús; que vayamos descubriendo de manera más concreta el objetivo del proceso; y que adoptemos poco a poco las actitudes básicas para hacer este recorrido.
- La llamada de Jesús
Los tres primeros temas nos van a ayudar a iniciar nuestro recorrido convocados por Jesús. Es él quien nos llama, nos reúne y nos guía en todo este recorrido.
¡Ánimo! Soy yo. No teman. Comenzamos escuchando la llamada de Jesús que nos anima a comenzar nuestra tarea confiando totalmente en él, sin hundirnos ante las dificultades que podemos experimentar en estos momentos de crisis religiosa .
¡Ánimo! Levántate. Te está llamando. Tal vez, la primera dificultad es nuestra fe débil y nuestra mediocridad. Vamos a escuchar la llamada de Jesús para tomar la decisión de seguirlo con más verdad y más fidelidad.
Vengan a mí los que están cansados y agobiados. Intuimos que este recorrido nos va a exigir esfuerzo, y nosotros no estamos seguros de nuestras fuerzas. Más bien nos sentimos débiles e inconstantes. A lo largo de este recorrido vamos a necesitar muchas veces del apoyo y la comprensión de Jesús.
- El objetivo principal
Los tres temas siguientes están orientados a ir perfilando mejor nuestro objetivo. Necesitamos ver de manera clara qué es lo que buscamos y cuál es el recorrido concreto que pretendemos hacer.
Pidan, busquen, llaman. Antes que nada, es importante que nos sintamos un grupo de buscadores. No queremos vivir este recorrido de manera pasiva o indiferente. Queremos vivir en actitud de búsqueda.
¿Qué buscan?. Queremos buscar juntos a Jesús. Pero, ¿qué buscamos exactamente? ¿Qué esperamos de él? Queremos conocer el secreto de su vida, ver «dónde vive», cómo vive, para qué vive (¿Qué buscáis?)
Vayan a Galilea. Allí lo veran. Queremos ver dónde vive Jesús, aprender a vivir como él. Pero, ¿dónde podemos verlo? Hemos de volver a Galilea. Hacer de alguna manera el recorrido que hicieron los primeros discípulos y discípulas. Él va por delante de nosotros.
- Dos actitudes básicas
Para seguir hoy a Jesús resucitado por los caminos de Galilea aprendiendo a vivir como él, hemos de cuidar desde el principio dos actitudes básicas: escuchar a Jesús, sin que otras voces nos distraigan; y abrirnos a su Palabra, dejándonos trabajar por él.
Éste es mi Hijo amado. Escúchenle a él. Si queremos seguir a Jesús como verdaderos discípulos y discípulas, no podemos caminar de manera distraída. Hemos de vivir muy atentos a su Palabra. Escucharle a él y sólo a él. Es nuestro único Maestro
Ábrete. Escuchar a Jesús, el Hijo amado de Dios, pide abrirnos a su Palabra. Dejarnos trabajar por ella. No hacer el recorrido con el corazón bloqueado, sordos a sus llamadas